Cómo bajar la autoexigencia nos ayudó a mejorar nuestra cultura de trabajo

CULTURA DE TRABAJO

Cómo bajar la autoexigencia nos ayudó a mejorar nuestra cultura de trabajo

Gini

Nov 4, 2020

Fui a una escuela bastante competitiva. Ganar era LO MÁS IMPORTANTE. Nos daban las herramientas para sobresalir y aplastar a nuestros competidores. Siempre me sorprendía la forma en que la escuela podía tomar actividades que nunca te habrían parecido competitivas y transformarlas en un campo de batalla. Así que, al igual que todas las personas de mi entorno, me volví competitiva, lo que perjudicó muchísimas de mis experiencias e hizo que compitiera incluso conmigo misma (no de buena manera), que intentara destacarme todo el tiempo e, irónicamente, que me sintiera muy incómoda cuando reconocían mis logros. También me hizo sentir que no era capaz ni tan inteligente porque todas las personas que me rodeaban se destacaban en lo que hacían y mi yo extremadamente sensible se sentía fuera de lugar y realmente no podía progresar en ese tipo de ambiente.

Corte. Casi 20 años después, soy líder de operaciones y socia de una agencia digital increíble llamada Indicius, donde me dieron la oportunidad de cocrear mi cultura de trabajo ideal. La estructura de nuestra organización es horizontal y motiva a nuestres empleades a estar todo el tiempo aprendiendo sobre lo que más les interesa y a compartir ese conocimiento con el resto del equipo. Promovemos la mejora continua a nivel personal y grupal porque entendemos que el crecimiento personal y el crecimiento profesional van de la mano y porque queremos evolucionar en equipo. Nos apoyamos mutuamente cuando pasamos por momentos difíciles en el trabajo y en la vida personal. Nos divertimos juntes y recurrimos al humor para mitigar los obstáculos o las crisis.

En Indicius priorizamos la colaboración entre los miembros del equipo y con nuestros clientes porque, cuando los humanos colaboran, se logran resultados mucho mejores y el proceso se vuelve mucho más enriquecedor. La competitividad no es mala de por sí; ocurre en la naturaleza y es un instinto que todes tenemos. Sin embargo, no creo en ponerla por delante para guiar todo lo que hagas. Te limita y no te deja ver a les demás como colaboradores, mentores o pares, sino que te fuerza a verles como aquellas personas a quienes les tenés que pisar la cabeza para impulsar tus propias ambiciones y así ganar.

La industria de la tecnología, como muchas otras industrias de nuestra sociedad, está liderada en su mayoría por hombres. Y ahora más que nunca, cuando nuestra industria se encuentra creciendo exponencialmente debido a la nueva realidad que estamos viviendo, tenemos la oportunidad de optar por evolucionar y repensar la forma en que hacemos las cosas para trabajar de forma más inclusiva y sostenible. Tenemos una responsabilidad para con las futuras generaciones de crear ambientes de trabajo saludables y de usar la tecnología para mejorar el mundo en vez de perpetuar los problemas de nuestra sociedad actual y justamente hacer que estos sean más difíciles de desactivar.

En los últimos años, me he dedicado especialmente a generar espacios seguros para mis compañeras mujeres para que podamos discutir los obstáculos que enfrentamos todos los días, ya sea internamente, en nuestra industria, como en la sociedad en general. Me ha cautivado el darme cuenta de que mis compañeras mujeres suelen hacer el doble de esfuerzo y todo el tiempo tienen la necesidad de hacer más de lo que se espera de ellas solo para sentirse iguales. Es como si estuviéramos programadas para pensar que tenemos que complacer a todas las personas que nos rodean, sin dejar tiempo para nuestros propios deseos e intereses. Y lo peor de todo es que incluso esto no alcanza. Tenemos el síndrome del impostor y tantos otros pesares que no nos permiten reconocer nuestros logros y esfuerzos. Por instinto, mi interés se ha centrado en las mujeres porque me identifico con las dificultades que enfrentan y porque siento una hermandad incomparable. Las mujeres tienen la capacidad de abrirse, ser realmente vulnerables y, por ello, volverse más fuertes.

Algunas de las cosas que hago son ponerme en contacto con mis compañeras mujeres, generar conversaciones en las que se sientan seguras de ser ellas mismas y hablar de cualquier problema que estén atravesando. Les hago entender que estamos en esto juntas, que la actitud competitiva a la que estamos acostumbradas no es lo que nos guía. Las apoyo cuando se sienten inseguras, les ofrezco ayuda y les demuestro que son sumamente capaces de hacer lo que sea que se propongan. Dejarlas ser imperfectas y bajar la vara, SÍ, bajar la vara. A qué se debe esto, se preguntarán. Se debe a que presionarte todo el tiempo para hacer lo imposible y tener una lista interminable de tareas inalcanzables produce agotamiento y te impide disfrutar de lo que sea. Debemos volver a poner la vara a un nivel razonable que realmente nos permita progresar mientras crecemos y disfrutamos de lo que hacemos. Y, si en algunos momentos debemos presionarnos para cumplir ciertos objetivos, también está bien, pero no puede ser la forma en que vivamos todos los días.

¿Te sentís todo el tiempo presionade para llegar a niveles inalcanzables que te impiden ver lo que lográs día a día? ¿Notás demasiada competencia tóxica en tu ambiente laboral? Pensá en una de las formas en que podrías generar un cambio positivo y lograr que tu cultura de trabajo sea más inclusiva y sostenible. No se trata de la cantidad; se trata de ser consciente, de salirte de tu lugar y de contribuir a que las cosas mejoren, un paso a la vez.

Ponete en contacto: contact@indicius.com